Las vacunas son sustancias (derivadas de virus o bacterias) preparadas de forma tal que, al recibirlas, se genera en nuestro organismo una respuesta inmune protectora que se obtiene principalmente a través de la producción de anticuerpos los cuales nos protegen contra las enfermedades que producen dichos microorganismos.
Las vacunas se elaboran a través de virus atenuados o bacterias muertas, inactivadas o utilizando partes de las mismas, a través de ingeniería genética u otras técnicas de producción.
Se induce una respuesta del sistema inmunológico. Éste, genera anticuerpos específicos (defensas) contra el microorganismo en el que nos vacunamos y de ésta forma cuando tenemos contacto con el virus o bacteria nuestro organismo lo reconoce y previene la infección o hace que la enfermedad sea mas leve.
El objetivo fundamental de la vacunación es la protección de la persona vacunada frente a las enfermedades. Pero éste no es el único, otro muy importante es la protección indirecta del resto de las personas. Si todos nos vacunamos se interrumpe la circulación de los virus y las bacterias y se protege en forma indirecta a quienes no pueden vacunarse. Esto ha sido claramente demostrado en países que implementaron la vacunación masiva como parte de los programas de salud pública.
Por lo tanto, tenemos que considerar que la vacunación es un acto de protección individual pero que también tiene un impacto social y colectivo muy importante.
Los logros han sido muchos, en particular en los últimos 50 años. Se ha logrado erradicar la viruela, estamos a un paso de erradicar la polio, la región de las Américas ha logrado eliminar la rubéola y el sarampión, además numerosas enfermedades han sido controladas.
Estos logros tan importantes nos obligan a redoblar los esfuerzos y seguir trabajando con el objetivo permanente de reducir la carga de las enfermedades prevenibles a través de las vacunas y de esta forma disminuir la morbilidad y la mortalidad de las mismas.