Las campañas de vacunación bien dirigidas consiguen reducir la contagiosidad de determinadas enfermedades, protegiendo así a los propios trabajadores, a sus familias, a los clientes de la empresa y a los visitantes frecuentes o esporádicos de la misma. Además, la empresa obtendrá algún rendimiento adicional, como la percepción positiva que el trabajador tendrá, en relación a la preocupación de la empresa por su salud, y la reducción de la tasa de absentismo por enfermedad.
Dentro de las vacunas que la empresa puede ofrecer, si lo estima oportuno, al trabajador en general, independientemente del puesto que ocupe, como campaña preventiva y de promoción de la salud, podrían estar, por ejemplo, las de la GRIPE, tétanos, VPH (papiloma humano), etc.
Una muestra de las vacunas que la empresa debe ofrecer y recomendar a sus trabajadores según el puesto de trabajo que ocupen, se puede ver en el siguiente cuadro: